Fue ya hace muchos años. Era la semana posterior a Reyes, recién nacido el año 2005 y yo me encontraba en Londres, visitando por primera vez la capital del Reino Unido. Y allí apareció ella. Estaba viendo el Channel Four en mi hotel, descansando tras todo un día en el British Museum. Y vi una promo, un anuncio de una nueva serie que estrenaban la semana siguiente en la cadena. Hablaban de un gran éxito en los EEUU. Y tenía que reconocer que la pinta era magnífica. Me atrajo irremediablemente y me quedé con el nombre de aquella serie: "LOST".
Poco después, en Marzo fue estrenada en Fox. Y lo demás ya es historia. La primera temporada la vi en castellano, pero con la segunda descubrí el placer de esperar los jueves por la mañana el enlace para descargar el episodio y verlo lo antes posible en el idioma de la pérfida albión. Nunca la volví a ver en castellano. Y mi afición por las series no volvió a ser lo mismo. Empecé a seguir compulsivamente las series a ritmo estadounidense: "Prison Break", "How I met your mother", "One Tree Hill", "24",...
Y esta noche termina todo. Se cierra el círculo que comenzó aquel día de Enero de 2005. Esta noche es la Series Finale. Esta noche diremos adiós a la serie (que con sus bondades y carencias) ha cambiado la forma de ver la televisión para la mayoría de nosotros. Y se acabarán nuestros saltos de alegría o sorpresa, y también nuestros enfados cuando no nos gusta lo que o el capítulo no alcanza las expectativas que habíamos puesto en él. A partir de mañana tendremos que buscar otra obsesión. Porque esta noche es la Series Finale que todos esperábamos y a la vez temíamos desde hace mucho tiempo. y nada volverá a ser lo mismo. Ahora sólo tengo una cosa que decir: disfrutemos y demos gracias por haber vivido este momento mítico de la historia de la televisión. Mañana será otro día.